jueves, 27 de septiembre de 2012

FROM UP ON POPPY HILL (コクリコ坂から - Miyazaki Gorō, 2011)



El Estudio Ghibli, creado en Japón en 1985, tiene en su haber películas muy variopintas ya que cuenta con  diferentes directores en plantilla, cada uno de los cuales con un estilo diferente. Está por ejemplo Miyazaki Hayao, uno de los directores del Estudio y responsable de Mi Vecino Totoro, La Princesa Mononoke o El Viaje de Chihiro, en las que prima la imaginación y los seres fabulosos que interactúan con las niñas, que suelen ser las protagonistas de las historias. Siguen también esta línea otros directores de Ghibli, como Morita Hiroyuki con Haru en el Reino de los Gatos, o Yonebayashi Hiromasa con Arrietty y el mundo de los diminutos.
Están por otro lado las películas de las que se encarga el otro director del Estudio Ghibli, Takahata Isao. Es el autor de  La Tumba de las Luciérnagas o La Guerra de los Mapaches de Pompoko, filmes con menos fantasía que los de Miyazaki y marcados por una fuerte melancolía.
En este caso, el director de From Up on Poppy Hill (que podría traducirse como Desde la colina de las Amapolas) es Miyazaki Gorō, hijo de Miyazaki Hayao y director de otra película de Studio Ghibli, Cuentos de Terramar. Gorō no sigue los pasos de su padre, sino que sus películas siguen la otra vertiente del estudio, más realista y melancólica.
La película está ambientada en Japón, en los años anteriores a las olimpiadas de Tokio ’64 y cuenta la historia de Matsuzaki Umi, una niña con cierta vinculación a la Cenicienta, pues tiene que madrugar y trabajar mucho para encargarse de la casa de huéspedes de su familia. En esta casa viven Umi, su abuela, sus dos hermanos pequeños y tres mujeres hospedadas allí. Para ayudarla con la casa de huéspedes Umi cuenta con la ayuda de una empleada, Tomoko, que hace la compra y lleva la casa cuando Umi está en la escuela.
La madre de Umi es profesora y se encuentra en Estados Unidos, y su padre era marino pero falleció durante la Guerra de Corea. Él enseñó a Umi el lenguaje de las banderas en los barcos, y ésta se encarga cada mañana de poner señales en un mástil en recuerdo a su padre, lo que hace que Kazama Shun, un compañero de escuela cuyo padre también es marino, se fije en ella.
Y con eso comienza el chico conoce chica en el instituto, con la casa de los clubs y la lucha contra su demolición como excusa para que se vayan conociendo y enamorando. Pero todo cambia cuando Shun se da cuenta de que el padre de Umi podría ser también su padre, y aquí comienza lo que el propio Shun define como “un melodrama barato”, pues aparecen las lágrimas y la aceptación de que su amor debe terminar. Aunque, como esta es una película de animación, sabemos que siempre podemos contar con el final feliz.
Irene

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